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Decálogo del Buen Menú Felino

Los gatos tienes exigencias particulares a la hora de comer.  Al igual que otras mascotas, se acostumbran a comer a una misma hora del día, pudiendo reclamar su comida de manera insistente si ésta se retrasa. Sin embargo, esta debe cumplir con ciertos requisitos:


1. Debe estar fresca, incluso si se trata de pienso.


2. Debe estar a temperatura ambiente. La comida demasiado fría o demasiado caliente no les agrada.


3. Es necesario que la comida sea variada, pues se habituan facilmente a un solo tipo de alimento pudiendo negarse a comer otros.


4. El alimento y el agua, así como los recipientes en los cuales estén servidos, deben estar limpios. Muchos gatos se niegan a comer si perciben que éstos puedan estar sucios.


5. Debe contener un alto porcentaje de proteínas. De hecho, el requerimiento proteíco de los gatos es cuatro veces mayor que en los perros. El pienso para canes es nutricionalmente insuficiente para el gato.


6. Debe ser principalmente carnivora. La fisiología del gato e incapaz de tolerar una dieta vegetariana, pudiendo enfermar gravemente de ser sometido a ella.


7. Debe incluir una cantidad constante y abundante agua, incluso en invierno, especialmente si se sigue una dieta excusiva a base de pienso.


8. La mayoría de los gatos no toleran bien la leche de vaca (pueden tener diárrea u otros problemas digestivos). Por ello, si se desa incluirla en el menú, es mejor que sea la especialmente preparada para gatos.


9. La comida enlatada es una buena opción para ocasiones especiales, y será irresistible para el paladar felino, pero no es recomendable como única fuente de alimentación porque su contenido graso es muy alto y fomenta la aparición de sarro e inflamación de las encias (gengivitis).


10. Los gatos gustan de comer porciones pequeñas a lo largo del día, por lo que en la mayoría de los casos son capaces de autoadministrar la comida si se coloca toda la ración diaria de una vez, o dividia en dos porciones (una en la mañana y otra en la noche). Sin embargo, también pueden volverse obesos cuando se les alimenta exclusivamente con comida rica en grasas (punto anterior) o cuando su habilidad para autoregular la ingesta es alterada por algún motivo (estrés o competencia por el alimento con otras mascotas en el hogar, por ejemplo), por lo que es bueno vigilar la manera en que come nuestro gato para prevenir la obesidad. 

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