top of page

Mis gatos no se llevan bien

Fighting_cat_(crop).jpg

Los gatos reaccionan rápidamente cuando su seguridad se ve amenazada. Unos se vuelven agresivos, otros se vuelven retraídos, y algunos se enferman. Y, si hay más de un gato en casa, tarde o temprano comenzamos a ver signos de agresividad entre los antiguos compañeros.

 

Pero la agresividad no siempre es obvia. Con un poco de práctica, es posible reconocer sus signos y si esta es producto de un conflicto entre sus gatos, o si se trata de algo más. Si lo que observamos es efectivamente un conflicto, entonces lo siguiente es identificar las causas para reducirlas a un nivel más manejable para los gatos involucrados y que así vuelva la paz al hogar,

El siguiente contenido es parte un artículo electrónico publicado originalmente por The Ohio State University.
College of Veterinary Medicine, titulado "Conflicto entre gatos".

Mis gatos están raros

 

Los conflictos entre gatos pueden desarrollarse debido a cambios en el rango dentro de la casa, con otros animales en la casa, o por gatos fuera de casa. Los signos de conflicto silencioso pueden ser tan sutiles que son difíciles de notar. 

El gato que crea el conflicto puede ser identificado, por ejemplo, como el que nunca se aleja ni se intimida con otros gatos o el que niega a otros gatos el acceso a los recursos. No es necesario que se erice o ataque abiertamente al otro gato. Con el tiempo, bastará con que se acerque o mire al otro gato para que este se aleje.

Si el gato amenazado intenta utilizar el recurso más adelante, la sola presencia del gato dominante puede ser suficiente para hacer que este huya. Los gatos amenazadas a menudo pasan grandes cantidades de tiempo lejos de la familia, en áreas de la casa que otros no utilizan, o pasan tiempo con los propietarios sólo cuando el gato dominante esta en otros lugares.

Los conflictos entre gatos puede ser de tres tipos: ofensivos, defensivos y redirigidos

En el conflicto ofensivo, el gato con más confianza se mueve más cerca de los otros gatos, y controla las interacciones. 

En el conflicto defensivo, uno de los gatos intenta aumentar la distancia entre él y lo que percibe como amenaza. 

En el conflicto redirigido, puede que el gato amenazado no se defienda del gato con más confianza, pero se convierten en una amenaza para un gato menos amenazante. ​

¿Qué causa el conflicto?

Los gatos pueden entrar en un conflicto -abierto o silencioso- por competir por espacio o recursos (agua, alimento, cajas de arena, etc.) e, inclusive, la atención de la gente; y no es necesario que la amenaza sea evidente para que el conflicto se desarrolle. Todo depende de cómo perciba el gato la situación y la cantidad de control que desee ejercer sobre el medio ambiente y compañeros de casa.

 

La mayoría de los conflicto abiertos inician cuando se adquiere un gato nuevo, y cuando los gatos que se conocen desde pequeños alcanzan una madurez social (entre los 2 y 5 años de edad), momento en el cual desean obtener control sobre los grupos sociales y sus actividades. 

Los conflictos que se produce cuando llega un gato nuevo son fáciles de entender, y existen protocolos para la introducción de un nuevo gato con los gatos residentes. Sin embargo, los propietarios pueden verse confundidos cuando luego de varios años, de repente, sus gatos comienzan a llevarse mal. El motivo puede estar en que el gatos joven ha llegado a la madurez social y el gato ya maduro se ha percatado de ello. Los conflictos pueden ocurrir por igual entre individuos del mismo o diferente sexo.

Los gatos que están familiarizados entre ellos, pero no están uniformemente equilibrados muestran a menudo conflictos más sutiles. Uno de los gatos en el conflicto se impone, mientras el otro acata. Los conflictos silenciosos incluso pueden no ser reconocidos hasta que el gato amenazado comienza a esconderse del gato dominante, a bufar o a pelear cuando ve al otro gato, cuando empieza a amenazar otros gatos, o cuando desarrolla un problema de salud.

El gato dominante puede ser identificado por conductas de marcaje. Estos gatos frotan las mejillas, la barbilla, la cabeza y la cola en personas, puertas y muebles que estén a su altura. Lamentablemente, los conflictos silencios también pueden implicar marcaje con orina, tanto en el gato dominante como en el gato amenazado.

El marcaje urinario relacionado con conflictos puede incluir marcaje tipo spray, o marcaje en cuclillas. Tanto machos como hembras pueden marcar, y si bien la castración reduce la frecuencia de los marcajes, no elimina totalmente el comportamiento. Los marcajes urinarios relacionados con conflictos pueden ser exhibidos tanto por el agresor como por la víctima, pero las victimas suelen desarrollar cistitis. 

-wallpaper-preview.jpg

     ¿Cómo puedo ayudar a mis gatos?

  • Identifique la causa.  Sus gatos no serán capaces de vivir en armonía si no logra identificar la causa del conflicto, para poder combatirla eficazmente. 

  • Recursos. Proporcione a cada gato su propio set de recursos donde puedan utilizarlos sin ser vistos por los otros gatos. Esto reducirá el estrés y las situaciones de amenaza, garantizando el acceso igualitario a los recursos.

  • Esterilización. Los conflictos también pueden reducirse por medio de la castración de todos los gatos.

  • Higiene. Asegúrese de que sus gatos se acicalan regularmente. Si observa que alguno no lo hace, hágalo usted mismo y mantenga las uñas cortas a todos los gatos.

  • Aislamiento. Cuando los gatos involucrados en el conflicto no puedan ser supervisados, es necesario mantenerlos separados, manteniendo el acceso a sus propios recursos.

  • Agrande el espacio. Añadir espacios tridimensionales tales como árboles rascadores, gimnasios de gatos, cajas de cartón, camas o jaulas pueden proporcionar espacio suficiente para reducir el conflicto a un nivel tolerable. En situaciones graves, algunos gatos pueden beneficiarse de medicamentos modificadores del comportamiento después de haber enriquecido el ambiental, pero no puede reemplazarlo.

  • Administre el tiempo. Permita tiempos de soledad a todos sus gatos, pero también de interacción con la familia.

  • Busque ayuda. Si no es capaz de identificar la causa del conflicto o no se siente capaz de controlar usted mismo la situación, consulte con su veterinario o busque la ayuda de un especialista en conducta felina.

bottom of page