Las Terapias Asistidas con Animales y el Autismo
El Autismo o Trastorno del Espectro Autista, es un conjunto de alteraciones psicológicas y conductuales, de origen genético, que afectan la adquisicion y desarrollo de habilidades normales de comunicación y pensamiento.
En la actualidad los tratamientos terapéuticos que han demostrado mayor efectividad en el manejo del Autismo son la la terapia ocupacional (TO) y la terapia conductual o ABA (Análisis Conductual Aplicado).
La TO evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana y, al determinar que estas se encuentran disminuidas o en riesgo, introduce al sujeto en un programa estructurado de actividades que le ayuden a superar sus limitaciones. Para ello, se trabajan las áreas ocupacionales (actividades de la vida diaria), el equilibrio ocupacional (habilidad para organizar convenientemente dichas actividades), las destrezas de desempeño (las habilidades para realizar las actividades diarias), el contexto y entorno (condiciones internas y externas que influyen en el rendimiento ocupacional de la persona).
En el ABA se realiza una evaluación comportamental en la que se obtiene una descripción del comportamiento problemático (Análisis Funcional de la Conducta) y se observan los posibles refuerzos en el medio ambiente que hacen que dicha conducta se repita. Luego, se procede a realizar la intervención comportamental que irá disminuyendo la frecuencia en la que se produce la conducta problema, hasta que esta desaparezca por completo. Se procede entonces a la elaboración de una división de tareas en una serie de pasos jerárquicos, cada uno de los cuales prepara el camino para el próximo, hasta completar la conducta deseada. Para ello se da prioridad al refuerzo positivo, minimizando en lo posible el negativo, para favorecer de manera natural las conductas positivas y otros aprendizajes.
En el primer caso, la TAA ayuda a facilitar la adquisición, desarrollo y práctica regular de las actividades ocupacionales, al involucrar al paciente en las mismas por intermedio del animal. Así, tomando por caso el de un niño autista que necesite aprender a bañarse, peinarse o a abotonarse la camisa, se le pueden enseñar dichas actividades de manera lúdica por intermedio de un perro, un gato o cualqueir otro animal que haya sido preparado para tal fin, al cual deba realizar las tareas mencionadas.
En el caso del ABA, el animal de terapia sirve como refuerzo positivo al permitirsele, por ejemplo, interactuar con éste de manera controlada cuando la conducta positiva sea alcanzada. Así, por ejemplo, un niño autista que esté aprendiendo a reaccionar de manera adecuada a estados emocionales en otras personas, podrá acariciar o jugar con el perro de terapia cada vez que responda correctamente a una cierta emoción durante la terapia.
La TAA facilita el desarrollo de las terapias convencionales de tratamiento haciendo que estas sean más divertidas, fluidas y exitosas.
Si quieres saber más sobre el tema, puedes visitar los siguientes sitios:
Fundación Autismo Diario
Asociación Española de Profesionales del Autismo
El Autismo
Las personas con autismo muestran una gran variedd de síntomas, pero los más evidentes son una interacción social limitada y problemas con la comunicación verbal. Las primeras señales de autismo aparecen por lo general durante los primeros años de la niñez (con frecuencia sin notarse antes de los 2 ó 3 años de edad) y continúan a lo largo de toda la vida. Aunque no existe una "cura", el cuidado apropiado puede promover un desarrollo relativamente normal y reducir los comportamientos inapropiados. Además, las personas con autismo tienen una esperanza de vida normal.
El autismo varía grandemente en severidad. Los casos más severos se caracterizan por una completa ausencia del habla de por vida, comportamiento extremadamente repetitivo, no usual, auto dañino y agresivo. Este comportamiento puede persistir por mucho tiempo y puede ser muy difícil de cambiar, siendo un reto enorme para aquéllos que deben convivir, tratar y educar a estas personas.
Las formas más leves de autismo (el llamado Síndrome de Asperger o autismo de alto rendimiento) pueden pasar inadvertidas y suelen confundirse con timidez, falta de atención y excentricidad. Por otro lado, un autista puede ser de alto funcionamiento en ciertas áreas y de bajo funcionamiento en otras. Por ejemplo, existen personas autistas que carecen de habla, pero pueden comunicarse por escrito sin ningún problema.
Otro rasgo muy frecuente es el déficit sensorial o la hipersensitividad sensorial. Una persona autista puede, por ejemplo, sentir tal nivel de disgusto ante un ruido, que llegue a mostrarse violenta. Y sin embargo, puede también tener una gran tolerancia al dolor.
Debido a razones aún desconocidas, cerca del 20% al 30% de las personas con autismo desarrollan epilepsia en la edad adulta, y pueden tambien padecer del síndrome de Tourette, impedimentos en el aprendizaje o trastorno de déficit de atención.
La creencia popular de que los autistas no tienen sentimientos es falsa.. De hecho, son bastante sensibles. La dificultad está en la comprensión y expresión de los sentimientos..
El autismo afecta cuatro veces más a los hombres que a las mujeres, y se puede encontrar en todo el mundo, en personas de todos los niveles sociales.